“La misión de la Administración para el Control de Drogas (DEA) es hacer cumplir las leyes y reglamentos de los Estados Unidos en civil y penal de los Estados Unidos o cualquier otra jurisdicción competente, a las organizaciones y los miembros principales de organizaciones que participen en el cultivo, la fabricación o distribución de sustancias controladas que surjan en el tráfico ilícito o estén destinadas a tal tráfico en los Estados Unidos, y recomendar y apoyar programas de cumplimiento no obligatorio destinados a reducir la disponibilidad de sustancias controladas ilícitas en el mercado tanto nacional como internacional.
En el desempeño de su misión como organismo encargado de hacer cumplir las leyes y reglamentos de los Estados Unidos en materia de sustancias controladas, las principales responsabilidades de la DEA incluyen:
• la investigación y la preparación para el enjuiciamiento de los infractores principales de las leyes en materia de sustancias controladas que operen a niveles interestatales e internacionales.
• la gestión de un programa nacional de inteligencia antidroga en cooperación con las autoridades federales, estatales, locales y extranjeras para recopilar, analizar y difundir información estratégica y operativa de inteligencia antidrogas.
• la incautación y el decomiso de recursos derivados, atribuibles al narcotráfico ilícito o destinado a ser utilizados para el narcotráfico ilícito.
• la coordinación y cooperación con los organismos federales, estatales y locales, y con los gobiernos extranjeros en programas diseñados para reducir la disponibilidad de drogas ilícitas de uso indebido en el mercado de los Estados Unidos mediante métodos más allá de las fuerzas del orden como la erradicación o sustitución de cultivos, y la capacitación de funcionarios extranjeros.
• la responsabilidad, de conformidad con la orientación en materia de políticas de la Secretaría de Estado y de embajadores de los Estados Unidos, por todos los programas relacionados con los homólogos de control antidrogas en países extranjeros.”
Lo anterior, entre otras cosas, es lo que dice la página oficial de la Drug Enforcement Administration que fue fundada en 1973.
Lo que no dice la página oficial, es cuál es el sistema operativo por medio del cual los agentes especiales obtienen la información necesaria para cumplir con su cometido.
Hoy se rasgarán las vestiduras muchos por la detención sin parangón de un ex Secretario de la Defensa Nacional, alegarán intromisión exterior en la política nacional y desde luego, tratarán de descalificar la actuación del gobierno de México, pues para muchos pasó desapercibida la visita hace unos días de altos funcionarios de la dependencia antidrogas a México, misma que fue atendida por el Secretario de Relaciones Exteriores del país, Marcelo Ebrard, quien por cierto vía Twitter dio la primicia de la detención aproximadamente a las 4 dela tarde del pasado jueves 15 de Octubre.
Regularmente la DEA interviene en los juicios que tienen que ver con el trasiego de drogas, la forma de operar es sencilla, negocian la desaparición de cargos a cambio de información que lleve a la detención de otras personas.
Pero, para que la información proporcionada sea tomada en cuenta, esta debe de señalar a personalidades de mayor jerarquía del detenido.
Esa estrategia, cuestionable en muchos aspectos, le da a las instituciones de justicia norteamericanas la oportunidad de ahondar en las investigaciones y de llegar hasta las alturas de la protección criminal.
USA ya dio a conocer que el General Salvador Cienfuegos será trasladado a la ciudad de Nueva York para enfrentar un juicio, este traslado lleva a la opinión pública a considerar, (dado que el juicio contra Genaro García Luna allá se está llevando a cabo) que el origen de la investigación proviene de la negociación de reducción de condena a cambio de información privilegiada.
Si así fue, hoy Felipe Calderón tiene la oportunidad de volver a respirar, aunque algo deberá de hacer para evitar que Cienfuegos, en su negociación, logre aminorar su condena dando más nombres. Algo queda claro, de sus labios no saldrá el nombre de Enrique Peña Nieto, pero de sus archivos puede salir otro nombre de mayor jerarquía, por lo pronto, el General YA TIENE QUIEN LE ESCRIBA.
Jorge Alberto Pérez González www.optimusinformativo.com [email protected]