María es de Oaxaca, una mujer indígena que llegó a Tampico el año pasado con su esposo y sus dos hijos; sabe que hay una enfermedad en circulación y que es mala, pero no comprende mucho la magnitud del problema, sin embargo, porta su cubreboca.
«Si dicen que es mala esa enfermedad, yo no sé», expresa.
Tiene 48 años de edad y está sentada en una de las banquetas de la calle Olmos a unos pasos de la Plaza de Armas en Tampico. Cuenta que proviene de una localidad en el estado de Oaxaca, pero en aquella región no hay trabajo y decidieron buscar ingresos en esta ciudad. Sus hijos, de 18 y 20 años han buscado empleo pero no han tenido suerte, se mantienen de la venta de dulces. La familia quisiera regresar a su rancho, pero no completan su pasaje.
Mientras tapa su cabeza con un rebozo, María pide una moneda a todo aquel que pasa cerca de ella, pero son escasas las que caen en su vaso. La mujer de tez morena, ojos cansados y de cuyos cabellos se desprenden algunas canas, sonríe a pesar de todo.
Un estado de población indígena de paso Tamaulipas no es de los estados con mayor población indígena, ocupa el lugar 26 en esta clasificación, con el 0.67 por ciento de los 3 millones 527 mil 735 habitantes según el Censo de Población y Vivienda 2020.
María es una de las 23 mil 636 residentes de Tamaulipas que hablan una lengua indígena. Hace cinco años, esta cifra era de 24 mil 128 personas, es decir 492 personas más. La lengua predominante en ese grupo de población es la Náhuatl, le siguen Huasteco, Totonaca y la Zapoteca. De estos habitantes, el 0.66% no habla español.
Pero mucha de la población en este estado, vino buscando la bonanza de la otrora capital de las huastecas, sin encontrarla, es decir, a causa de la población laboral.
Muchas familias indígenas que llegan a la zona son explotadas laboralmente, incluso los niños son puestos a trabajar, según testimonios del sistema DIF de Tampico.
Región multicultural
La Huasteca es una región que comprende la parte sur del estado de Tamaulipas, el norte de Veracruz, el oriente de San Luis Potosí, el norte del estado de Hidalgo, una parte de Querétaro y otra de Puebla.
Tuvo como antecedente el antiguo reino de Huastecapan, donde se forjó la cultura huaxteca en la época prehispánica y ahí conviven al menos seis grupos indígenas que han dado identidad multicultural a esa región.
Un trabajo de investigación de Julieta Valle Esquivel, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y publicado por el INAH, indica que esos grupos forman parte de una unidad cultural con características similares entre las diferentes poblaciones indígenas que conviven en la región nororiental del país.
Cuenta que entre grandes valles, ríos caudalosos como el Pánuco y montañas conviven los teneek o huastecos, nuahuas, pames, tepehuas y otomies; además de mestizos.
Según sus investigaciones, hay profundas similitudes y grandes diferencias, sobre todo en las prácticas sociales, y las formas de organización.
Esta unidad cultural también está demostrada en las creencias que existen en torno al plano ritual, la cosmovisión y la religiosidad nativa, que en ocasiones lleva a los diferentes pueblos a utilizar un mismo sitio geográfico como lugar de reunión para realizar sus rituales.
Como ejemplo está el cerro Postectitla, en el municipio de Chicontepec, Veracruz, el cual es un lugar de peregrinación y organización de rituales de los nahuas, otomíes y tepehuas.
Además de este tipo de situaciones, en la región de la Huasteca se puede observar que entre los grupos indígenas existe una interrelación pese a la filiación étnica o lingüística, pues antes que nada se asumen como indígenas.