Al menos 82 personas murieron ayer en un incendio en un hospital para pacientes con Covid-19 en Bagdad, drama que provocó la ira de los iraquíes y llamados a la dimisión de los responsables, en un país con un devastado sistema de salud.
El siniestro se produjo debido a que unos tanques de oxígeno estaban almacenados “sin respetar las condiciones de seguridad” en el hospital Ibn Khatib de Bagdad, explicaron fuentes médicas a la agencia de noticias Afp.
A continuación, las llamas devoraron durante horas los plafones, bajo los cuales los pacientes con ventiladores fueron brutalmente sacados de sus camas.
“El fuego tardó sólo tres minutos en llegar a la mayoría de los pisos”, explicó la Defensa Civil. Según el último balance del Ministerio del Interior, 82 personas murieron y 110 resultaron heridas.
Los bomberos no pudieron llegar inmediatamente al hospital, ubicado en la periferia de Bagdad.
“Sentimos una explosión. Había entre 140 y 150 personas en el hospital. Vimos el fuego y no pudimos salvar a nadie”, explicaba entre lágrimas Bakr Kazem, mientras acompañaba el féretro de su padre en Nayaf.
Un hombre que estaba visitando a su hermano relató que vio a personas saltando por las ventanas. “El fuego se extendió, como leña, saqué a mi hermano a la calle, al lado del retén. Luego volví y subí al último piso, que no se quemó. Encontré a una niña sofocada, de unos nueve años, estaba a punto de morir. La tomé sobre mis hombros y corrí hacia abajo. Muchos médicos que saltaron caían sobre los autos. Y yo seguía subiendo, tomaba a alquien y vovía a bajar”, contó Ahmed Zaki.
Amir, de 35 años, refirió haber salvado por poco a sus hermanos. “La gente se encargó de sacar a los heridos”, comentó.
La Defensa Civil explicó que el hospital no tenía un sistema de protección contra incendios y los falsos techos permitieron que el fuego se propagara a productos altamente inflamables.
“La mayoría de las víctimas murieron porque fueron desplazadas y privadas de ventiladores, y otras, asfixiadas por el humo”, añadió.
La tragedia generó una ola de indignación, después de que fuentes médicas la atribuyeron a la negligencia vinculada con frecuencia a la corrupción endémica que azota al país.