Con el anunciado retorno a clases para el 30 de agosto, por parte de la SEP, así como el paulatino retorno a las actividades en diversos estados de la República, es común escuchar en redes y en páginas especializadas que los expertos llaman la atención sobre este artefacto, el medidor de CO2, el cual monitorea y alerta con una señal luminosa cuando un espacio cerrado no cuenta con buena calidad de aire.
Para un retorno seguro a clases, nuestra analista Pamela Cerdeira llama la atención sobre el uso de tener un medidor de CO2 en el salón de clases como una opción así como de otros instrumentos que garanticen o permitan la adecuada ventilación en los salones.
¿Por qué es necesario medir la calidad de aire de un lugar?
Si bien el medidor de CO2 no calcula los virus del COVID-19, sí puede detectar cuando en un lugar existe una mala calidad del aire y existe un aumento de riesgo de contagio por aerosoles. Este aparato resulta muy útil para medir la calidad del aire sobre todo si en ese lugar hubiera algún asintomático o enfermo de coronavirus que hubiera esparcido sus aerosoles en el sitio.
No hay que olvidar que el COVID-19, de acuerdo a lo que señalan expertos, se respira, ya sea por gotas -a corta distancia- o por aerosoles -a larga distancia-, de ahí que también se recomiende ampliamente ventilar los espacios cerrados.