Uvalde, Texas / Redacción:
Ángel “N”, asistente médico de emergencia, se apresuró a acudir a la Escuela Primaria Robb de Uvalde; llegó cuando las autoridades empezaron a llevar a los niños fuera de los salones.
“Una niña estaba cubierta de sangre de pies a cabeza, pensé que estaba herida: le pregunté qué había pasado y me dijo que estaba bien, pero quedó impactada y decía que le habían disparado a su mejor amiga, que la habían matado, que ella no estaba respirando”, relató el padre de familia.
“Le pregunté a la niña el nombre y ella dijo Amerie”, añadió mientras dejó caer su cabeza y lloró; así fue como este papá se enteró de que su hija, de 10 años, murió en la masacre de la escuela.
Se trató del tiroteo más mortífero en una institución educativa de EU en casi una década: un hombre armado se atrincheró dentro de un salón de clases de cuarto grado, asesinando a 19 niños y a 2 maestras.
El socorrista iba preocupado mientras se dirigía a la escuela, pero no sabía sobre el paradero de su hija ni lo que había sucedido.
La menor cumplió 10 años 3 semanas antes del ataque y su familia le regaló un celular; sus compañeros de clase le dijeron al hombre que ella intentó llamar al 911 durante la agresión.