Guadalajara, Jalisco / Redacción:
A Eduardo “N”, le pusieron el apodo de “mataperros de Tala”: el sujeto, “al parecer llegó a abusar de lomitos y “se comió algunos”.
De acuerdo con los vecinos que denunciaron el caso de maltrato animal, se llegaron a escuchar aullidos de los canes, por lo que solicitaron a las autoridades realizar una inspección en la casa, ubicada en las calles Arroyo Bernabé y Naranjo del fraccionamiento Ruiseñores.
La Policía estatal encontró adentro de la vivienda de interés social que habitaba Eduardo, los restos de varios animales.
Pero faltaba lo peor: en el baño de la casa se localizó una bolsa con restos de al menos 50 lomitos, todos habían sido asesinados en el fraccionamiento.
Eduardo, cuentan los residentes, llegó a vivir al lugar hace 3 años: se presentó como agente de seguridad privada; este sujeto apodado el “mataperros” tenía esparcidos los restos de los animales y algunos huesos trataron de ser calcinados.
Otro de los habitantes declaró que junto con una amiga, fue testigo de cómo amarraba a los perritos y los golpeaba hasta matarlos; varias personas manifestaron su temor por el hombre, porque era prepotente.